Es pleno verano. Tienes mucho calor. Abres el frigorífico y encuentras zumo frío y un buen trozo de sandía refrescante… 
Así me siento cuando acudo a la Biblia y sacio mi sed de sentido, dirección y frescura. 

Este “frigorífico” está siempre lleno. Siempre disponible. Siempre esperando ser abierto para darte lo que necesitas.

Gozo y Paz.