Estaba pensando en el tema del escándalo de VW con las emisiones y cómo va contagiándose a otras marcas e instituciones. Que si lo sabían las administraciones; que si los jefes lo ocultaron; que si este fraude no es una excepción sino la regla; que si es tan sólo la punta del iceberg… Hace poco escribía: “Es paradójico. En la época con más literatura sobre gestión empresarial y liderazgo, afloran, con mayor celeridad y número, los casos de mala administración y corrupción”. Y es que creo que esto de la corrupción no es cuestión del estado de las cosas, sino del ser. En fin, “economía del engaño” que afecta a todo y a todos.
Pero esto me lleva a preguntarme por otras miles de cosas que nos rodean, que conforman nuestra “realidad”, y que creemos que son de determinada forma pero en realidad no lo son.
Entonces, ¿cuál es la realidad de la “realidad”? Creo que la pregunta es pertinente a tenor de los hechos… De este y de otros. Porque continuamente ejercemos fe para confiar en lo que no vemos, y ¡hasta en lo que vemos!, lo cual resulta ahora que no era tan realidad… Me pregunto, así, cuántas más cosas de nuestra realidad no son reales o, más bien, verdaderas.
Habrá que tener cuidado de dónde pone uno su fe, no vaya a ser que lo que para algunos es verdad no lo sea, y viceversa…