¿Sabes ese momento en el que estás a las puertas de… pero no…?
A las 7:00 de la mañana he ido a pasar la ITV a mi carromato. El coche ha arrancado perfectamente, he llegado, aparcado, pagado y me he posicionado en la cola número 2, esperando mi turno. He apagado el motor y me he puesto a leer. Poco después, uno de los dos coches que tenía delante ha entrado a la inspección dejando un hueco que el siguiente ha ocupado y yo, para no perder la sensación de que la cola progresaba, también me he dispuesto a arrancar para avanzar. Pero no he avanzado. El motor no arrancaba. Ta ta ta ta. Una vez. Ta ta ta ta. Dos veces (-¡¡vamos, trata de arrancarlo Samu, trata de arrancarlo!!-, pensaba). Y así hasta siete intentos. Pero nada. Los de la cola me “miraban” como diciendo: -bien, chaval, bien. Vienes a la ITV y justo a la entrada no te arranca…
He salido del coche y le he pedido al conductor del coche que estaba detrás de mí que, por favor, empujase. El hombre, camisa abierta, barriga cervecera tostada en el Mediterráneo, bigote y puro en mano, me ha mirado con escepticismo mientras me explicaba que a veces no sé qué del carburador y de la batería, y que había poco espacio para empujar, y que luego me iban a hacer apagarlo otra vez… Pero ha empujado y he arrancado. Ouh Yeah! Al final, he conseguido pasar la ITV sin problemas.
Cuando por carburadores, baterías o lo que sea que te pase por la cabeza o el corazón no consigas arrancar o avanzar en tu día a día, incluso cuando estás a las puertas de…
1) …no dejes de intentarlo.
2) …si es necesario, pide ayuda. ¡Pide ayuda! No eres menos valiente, listo o fuerte por pedir ayuda, al contrario, significa que quieres continuar, que deseas seguir intentándolo.
Brother and Sister, empuja. A veces sólo necesitamos un empujón para seguir avanzando…
«No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando…» -Pablo, en Filipenses 3:12-14