En el camino de mi trabajo a la estación de tren hay varios pasos de cebra y semáforos. Soy un peatón de paso ligero y, lo admito, normalmente me salto los semáforos en rojo cuando veo que no vienen coches. Pero el otro día… el otro día presencié una de esas situaciones que te invitan a pensar un poco más allá (creo que es un buen ejercicio buscar paralelos bíblicos en las vivencias cotidianas, por insulsas que parezcan, y extraer una enseñanza espiritual que refresque tus ideas). Ahí va:
El semáforo estaba en rojo y varios peatones cruzaron el paso de cebra. Yo me disponía a hacer lo mismo ante la ausencia de coches, pero me detuve en seco. En ese momento me di cuenta de que había una niña de unos tres años, montada en su triciclo rosa, que esperaba a que el muñequito rojo cambiase a color verde. Sus papás, que esperaban junto a ella, decían en voz alta a medida que los peatones cruzaban:
-¡Aaaaalaaaaa! ¡Qué mal! ¡Están cruzando en rojo!
-¡Uuuuups! –añadía la pequeña, que aguardaba su turno.
El semáforo se puso verde, y la niña avanzó feliz al tiempo que sus padres aplaudían su obediencia y respeto por las señales (que para algo están).
Crucé el paso de cebra con ellos, sonriendo y pensando.
Me pregunto, ¿qué pensaría la niña?
- ¡Muajaja! Cuando sea mayor cruzaré el semáforo aunque esté rojo, ¡no pasa nada!
- No sé por qué estos peatones cruzan, ¡está en rojo! ¿Nadie les habrá explicado qué significa el muñequito? ¿No lo verán? ¿Lo verán de otro color?
Hay señales que mi Padre me ha enseñado desde que era pequeño… A veces no le veo sentido a Su señal; creo que “yo controlo”, que “veo más y mejor que Él”. Hoy, sigo saltándome algunos semáforos en rojo, aún a sabiendas del peligro que eso entraña.
Me gustaría cambiar el “yo controlo” por el “yo confío en ti, Papá”. Me encantaría transformar el “veo más que Tú” en “ayúdame a ver con tus ojos”, aunque no entienda muchas cosas.
Llegará el día en el que sólo habrá semáforos verdes. Hasta entonces, ¿confiamos en las señales que nos ha enseñado nuestro Padre?
“Bien, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré…” –Jesús de Nazaret, Mateo 25:23.