Tengo el privilegio de tener el mar muy cerca de casa, a escasos 10 minutos en coche.

Ayer por la tarde me senté frente al horizonte azulado/verdoso que me regalaba el Mediterráneo y en seguida mi mente se conectó con personas a las que hacía un tiempo que no llamaba o pensaba en ellas. Qué será… Qué tendrán los espacios naturales que ayudan a pensar y a poner en orden las ideas. No me pasa así cuando estoy rodeado de cosas.

Supongo que las cosas llaman a las cosas, y lo creado se vincula, invisiblemente, con los que también han sido creados.

Para estar más conectado con las personas, no dejes que las cosas te aíslen, asedien o sitien. Sal del fuerte y reposa tu mirada en los Otros horizontes.